Por un tiempo pensé dejar de hacer entradas, pero ahora creo que estaría bien deleitar a aquellos que comparten mi afición por la poesía, y no encuentro mejor forma de hacerlo que seguir con mi labor en este blog, que espero visiten más personas de las que ya lo hacen.
Debo decir para cuantos no lo sepan, que también me ha impulsado a dar este paso mi intención de compartir con todos los que visiten mi blog, un relato o carta de amor por el que he obtenido un reconocimiento que agradezco de corazón, y que es para mí cercana al género poético, donde se dan cita la pasión y el romanticismo de un amor que todos hemos sentido o deberíamos sentir en la vida, porque no hay nada más hermoso en esta vida que el regalo de amar y ser amados. Entiendo a nivel personal el amor como el sentimiento que hace que todo cobre sentido y todo lo inunda de un embriagador aroma de paz y alegría que nos hace experimentar la felicidad en su grado máximo.
Noches de luna
Esta semana y como broche final al trabajo del blog, he decidido autodedicarme las tres últimas entradas, desvelando el por qué del nombre de mi blog, sí en efecto podría considerarme una poeta, que cree que la vida es como una poesía, donde puede dar rienda suelta a su imaginación y donde no existen sueños imposibles. A lo largo de mi vida se he ido cincelando mi persona, ayudandome a ser mejor y crecer como poeta. Mi especial interés por la poesía me acompaña desde que levantaba poco más de un palmo del suelo, y todavía lo sigue haciendo. Quizás mi ambición sea grande pero algún día me gustaría ver publicado un libro que recopilara mis mejores poemas, o por lo menos ver publicado alguno de ellos. He decidido exponer las poesías que tengo premiadas y espero que os gusten, acepto todo tipo de críticas, así que podéis comentar cuanto queráis.
(Leandro Fernández de Moratín )
Admirose un portugués
al ver que en su tierna infancia
todos los niños de Francia
supieran hablar francés.
"Arte diabólico es"
dijo torciendo el mostacho,
"que para hablar el gabacho
un hidalgo en Portugal
llega a viejo, lo habla mal
y acá lo parla un muchacho".
SOBRE EL IDIOMA ESPAÑOL
Pablo Parellada «Melitón González»
Pedro Pérez Paticola,
cual la academia española
«Limpia, fija y da esplendor».
Pero yo lo hago mejor
y no por ganas de hablar
pues les voy a demostrar
que es preciso meter mano
al idioma castellano,
donde hay mucho que arreglar.
¿Me quieren decir por qué
en tamaño y esencia,
hay esa gran diferencia
entre un buque y un buqué?
¿Por el acento?. Pues yo,
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de presidio a presidió
ni de tomas a Tomás,
ni de topo al que topó
de un paleto a un paletó,
ni de colas a Colás.
Mas dejemos el acento,
que convierte como ves,
las ingles en inglés,
y pasemos a otro cuento.
¿A ustedes no les asombra
que diciendo rico y rica,
majo y maja, chico y chica,
no digamos hombre y hombra?
Y la frase tan oída
del marido y la mujer,
¿Por qué no tiene que ser
el marido y la marida?
Por eso, no encuentro mal
si alguna dice cuala,
como decimos Pascuala,
femenino de Pascual.
El sexo a hablar nos obliga
a cada cual como digo:
si es hombre, me voy contigo;
si es mujer, me voy contiga.
¿Puede darse en general,
al pasar de masculino
a su nombre femenino
nada más irracional?
La hembra del cazo es caza,
la del velo es una vela,
la del suelo es una suela
y la del plazo, una plaza;
la del correo, correa;
la del mus, musa; del can, cana;
del mes, mesa; del pan, pana
y del jaleo, jalea.
¿Por qué llamamos tortero
al que elabora una torta
y al sastre, que ternos corta,
no le llamamos ternero?
¿Por qué, las Josefas son
por Pepitas conocidas,
como si fuesen salidas
de las tripas de un melón?
¿Por qué, el de Cuenca no es un cuenco,
bodoque el que va de boda,
y a los que los árboles podan
no se les llama podencos?
Cometa está mal escrito
y es nombre que no me peta;
¿Hay en el cielo cometa
que cometa algún delito?
¿Y no habrá quien no conciba
que llamarle firmamento
al cielo, es un esperpento?
¿Quién va a firmar allá arriba?
¿Es posible que persona
alguna acepte el criterio
de que llamen monasterio
donde no hay ninguna mona?
¿Y no es tremenda gansada
en los teatros, que sea
denominada «platea»
donde no platea nada?
Si el que bebe es bebedor
y el sitio es bebedero,
a lo que hoy es comedor
hay que llamarle comedero.
Comedor será quien coma,
como bebedor quien bebe;
de esta manera se debe
modificar el idioma.
¿A vuestro oído no admira,
lo mismo que yo lo admiro
que quien descerraja un tiro,
dispara, pero no tira?
Este verbo y otros mil
en nuestro idioma son barro;
tira, el que tira de un carro,
no el que dispara un fusil.
De largo sacan largueza
en lugar de larguedad,
y de corto, cortedad
en vez de sacar corteza.
De igual manera me aquejo
de ver que un libro es un tomo;
será tomo, si lo tomo,
y si no lo tomo, un dejo.
Si se le llama mirón
al que está mirando mucho,
cuando mucho ladre un chucho
se llamara ladrón.
Porque la sílaba «on»
indica aumento, y extraño
que a un ramo de gran tamaño
no se le llame Ramón.
Y, por la misma razón,
si los que estáis escuchando
un gran rato estáis pasando,
estáis pasando un ratón.
Y sobra para quedar
convencido el más profano,
que el idioma castellano
tiene mucho que arreglar.
Conque basta ya de historias,
y, si al terminar me dais
dos palmadas no temáis
porque os llame palmatorias.
Dícese de Quevedo que fue claro
y que en algunas coplas está obsceno;
Góngora puede ser que fuese bueno,
pero ya sus comentos le hacen raro.
El Calderón, que nos lo venden caro,
sólo de lo amatorio fue muy lleno
y nos dejó en la cómia un veneno
que nos hemos bebido sin reparo.
La idea de Juan Pérez fue abatida,
de Solís intrincada, ¡infeliz suerte!
¡Oh, ciencia pobre! ¡Facultad perdida!
¡Mundo borracho, que al varón más fuerte
después de ajarlo, miserable, en vida,
predicas estas honras en su muerte!
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.
Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidad
por casualidad.
Acercóse a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.
En la flauta el aire
se hubo de colar,
y sonó la flauta
por casualidad.
«¡Oh!, dijo el borrico,
qué bien sé tocar!
¿Y dirán que es mala
la música asnal?»
Sin reglas del arte
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.
La gallina de los huevos de oro
Matóla, abrióla el vientre de cortado;