La juventud
  
   Se adormece la niñez
y reposa en blando lecho;
cual ave fénix resurge,
toda llena de misterio,
otra etapa de la vida
que esperamos con anhelo.
  
   Es una etapa especial
para marcarnos un reto
y pensar en el futuro,
pensar, a veces con miedo,
qué será de nuestra vida
y a qué nos dedicaremos.
  
   Como amapolas perdidas
entre trigales, nos vemos,
y hay veces que la tristeza
nos invade, y no sabemos
cómo conseguir las cosas
que nos gustan y queremos.
  
   Igual que las golondrinas
volamos a ras del suelo,
y la vida nos enseña
a ir levantando el vuelo,
manteniendo el equilibrio
para evitar el caernos.
  
   Entre los rayos del sol
se deslizan los reflejos
que le dan brillo a la vida,
y las dudas que tenemos,
sin saber de qué manera
se disipan por momentos.
  
   Una gran fuerza florece
del jardín del sentimiento,
y sin apenas pensarlo
se sube en blanco velero,
y ella sin temor viaja
por mares del mundo entero.
   Soñamos con libertades
y extraordinarios momentos;
¡no dejemos de soñar,
miremos al blanco  cielo,
al cielo blanco y azul
de los días venideros!
                           
Este poema que escribí con 16 años, he de reconocer que es un poco más pretencioso, por el mero hecho de defender todo aquello en lo que creía y me parecía mejor y aún sigo creyendo, dejando atrás el tema de naturaleza y defendiendo unos ideales que se presentan cambiantes, en una época podría decirse algo crítica y que vivimos de forma parecida, por la similitud de cambios que experimentamos en este fugaz pero fantástico período de nuestras vidas, dejando atrás una niñez que nos abandonó, aunque en el fondo siempre quedará ese precioso recuerdo, que mantiene vivo ese espíritu infantil en nuestro interior, dejando sus pinceladas de inocencia e ilusión en una personalidad, aún sin modelar.
Muestra los altos y bajos que experimentamos durante esta etapa que plantea marcarnos retos, abrazando nuestras metas y sueños, que debemos perseguir con gran ahínco.


                                                    Noches de luna


   Hermosas noches de luna
todas de hechizo repletas,
noches que parecen días
por sus brillantes estrellas,
que tiritan en invierno
de fina escarcha cubiertas,
y en verano con la luna
muy alegres juguetean.

   Hermosas noches de luna
apacibles y serenas,
que besan a las montañas
y acarician las praderas,
con sus luces plateadas
pequeñitas y discretas,
cual piedras de un gran collar
lucido por una reina.

   Hermosas noches de luna
que podéis quitar las penas,
decid a todos que os miren
que de gran luz estáis llenas,
gran luz para iluminar
las vidas que penas tengan,
y devolver la alegría
a esas vidas con tristezas.

   Hermosas noches de luna
atrevidas y viajeras,
llenas de magia y encanto,
¡viajad por toda la tierra,
y llevad paz a los hombres
de cualquier raza o ideas,
y haced que en el mundo acaben
los conflictos y las guerras!
 
Con este poema gané otro premio, a los 15 años. Comencé a tratar temas menos superficiales y estéticos, centrándome con más profundidad, en temas que llamaban mi atención por su trasfondo social, temas que me preocupaban y se representaban algún tipo de amenaza, a todo y todos los que nos rodean, viéndose en muchas ocasiones involucrados directa o indirectamente “en una guerra que no es la suya”.
En este poema intento solucionar el pesar y carga emocional que sufren algunas personas, dándole esperanzas y arrojando un rayo de luz, que borre la tristeza que atenaza sus vidas, encontrando como conciliadora ideal a la noche, por lo que no abandono el tema de naturaleza, sino que le doy un enfoque diferente, y la utilizo como eje principal en un desesperado intento de concienciación social, en temas como la igualdad racial y tolerancia de cualquier ideología.
 


Esta semana y como broche final al trabajo del blog, he decidido autodedicarme las tres últimas entradas, desvelando el por qué del nombre de mi blog, sí en efecto podría considerarme una poeta, que cree que la vida es como una poesía, donde puede dar rienda suelta  a su imaginación y donde no existen sueños imposibles. A lo largo de mi vida se he ido cincelando mi persona, ayudandome a ser mejor y crecer como poeta. Mi especial interés por la poesía me acompaña desde que levantaba poco más de un palmo del suelo, y todavía lo sigue haciendo. Quizás mi ambición sea grande pero algún día me gustaría ver publicado un libro que recopilara mis mejores poemas, o por lo menos ver publicado alguno de ellos. He decidido exponer las poesías que tengo premiadas y espero que os gusten, acepto todo tipo de críticas, así que podéis comentar cuanto queráis.


La reina de las estaciones

   Cualquier época del año
es digna de contemplar.
                                      
                           Con las hojas por el suelo
el otoño nos deleita,
y nos deleita el invierno
con su blanca frialdad,
y el verano caluroso
nos gusta verlo llegar.

   Pero de todas las épocas,
de todas, sin llegar a dudar,
la primavera es la reina,
la reina de cualquier lugar.

   Viste de luz nuestros campos,
viste de luz la ciudad,
viste de verde los árboles
y el paisaje hace cambiar.

   Pueblos grandes y pequeños
respiran todos igual,
el aire fresco que huele,
que huele a flores y a paz.

   Los jardines se despiertan
de su letargo invernal,
y las aves que emigraron
vuelven de nuevo a su hogar.
  
   ¡Qué hermoso verlas de nuevo!
¡Verlas de nuevo volar!

Esta es una de mis primeras poesías, que escribí con 14 años, edad a la que todo nos parece idílico y perfecto, tal como reflejo en el poema, con una sutileza e inocencia en la descripción de  la diferentes estaciones del año. Naturaleza, paz y belleza se funden para configurar su temática. Y su métrica como el resto de mis poemas es de versos octosílabos que configuran un romance, es el tipo de métrica que más utilizo por su fascinante sonoridad, que encandila hasta el más escéptico con respecto a este tipo de obras literarias.


ADMIROSE...
(Leandro Fernández de Moratín )

Admirose un portugués
al ver que en su tierna infancia
todos los niños de Francia
supieran hablar francés.
"Arte diabólico es"
dijo torciendo el mostacho,
"que para hablar el gabacho
un hidalgo en Portugal
llega a viejo, lo habla mal
y acá lo parla un muchacho".

En esta ocasión, voy a pedir amablemente a todos los visitantes del blog que intenten analizar el poema y dar su opinión, que seguro será muy interesante. Gracias.

Y ahora he aquí un poema que refleja la singularidad de la lengua española, mediante una belleza que iguala a otros poemas (pocos), pero que supera a la mayoría. En mi opinión poco que decir tiene este poema que habla por sí mismo. Y como es bastante sugerente, dejo la tarea de su libre interpretación a mis queridos seguidores.


SOBRE EL IDIOMA ESPAÑOL
Pablo Parellada «Melitón González»

Señores: un servidor,
Pedro Pérez Paticola,
cual la academia española
«Limpia, fija y da esplendor».
Pero yo lo hago mejor
y no por ganas de hablar
pues les voy a demostrar
que es preciso meter mano
al idioma castellano,
donde hay mucho que arreglar.

¿Me quieren decir por qué
en tamaño y esencia,
hay esa gran diferencia
entre un buque y un buqué?
¿Por el acento?. Pues yo,
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de presidio a presidió
ni de tomas a Tomás,
ni de topo al que topó
de un paleto a un paletó,
ni de colas a Colás.

Mas dejemos el acento,
que convierte como ves,
las ingles en inglés,
y pasemos a otro cuento.

¿A ustedes no les asombra
que diciendo rico y rica,
majo y maja, chico y chica,
no digamos hombre y hombra?
Y la frase tan oída
del marido y la mujer,
¿Por qué no tiene que ser
el marido y la marida?
Por eso, no encuentro mal
si alguna dice cuala,
como decimos Pascuala,
femenino de Pascual.

El sexo a hablar nos obliga
a cada cual como digo:
si es hombre, me voy contigo;
si es mujer, me voy contiga.

¿Puede darse en general,
al pasar de masculino
a su nombre femenino
nada más irracional?
La hembra del cazo es caza,
la del velo es una vela,
la del suelo es una suela
y la del plazo, una plaza;
la del correo, correa;
la del mus, musa; del can, cana;
del mes, mesa; del pan, pana
y del jaleo, jalea.

¿Por qué llamamos tortero
al que elabora una torta
y al sastre, que ternos corta,
no le llamamos ternero?
¿Por qué, las Josefas son
por Pepitas conocidas,
como si fuesen salidas
de las tripas de un melón?
¿Por qué, el de Cuenca no es un cuenco,
bodoque el que va de boda,
y a los que los árboles podan
no se les llama podencos?

Cometa está mal escrito
y es nombre que no me peta;
¿Hay en el cielo cometa
que cometa algún delito?
¿Y no habrá quien no conciba
que llamarle firmamento
al cielo, es un esperpento?
¿Quién va a firmar allá arriba?
¿Es posible que persona
alguna acepte el criterio
de que llamen monasterio
donde no hay ninguna mona?
¿Y no es tremenda gansada
en los teatros, que sea
denominada «platea»
donde no platea nada?

Si el que bebe es bebedor
y el sitio es bebedero,
a lo que hoy es comedor
hay que llamarle comedero.
Comedor será quien coma,
como bebedor quien bebe;
de esta manera se debe
modificar el idioma.

¿A vuestro oído no admira,
lo mismo que yo lo admiro
que quien descerraja un tiro,
dispara, pero no tira?
Este verbo y otros mil
en nuestro idioma son barro;
tira, el que tira de un carro,
no el que dispara un fusil.
De largo sacan largueza
en lugar de larguedad,
y de corto, cortedad
en vez de sacar corteza.
De igual manera me aquejo
de ver que un libro es un tomo;
será tomo, si lo tomo,
y si no lo tomo, un dejo.

Si se le llama mirón
al que está mirando mucho,
cuando mucho ladre un chucho
se llamara ladrón.
Porque la sílaba «on»
indica aumento, y extraño
que a un ramo de gran tamaño
no se le llame Ramón.

Y, por la misma razón,
si los que estáis escuchando
un gran rato estáis pasando,
estáis pasando un ratón.
Y sobra para quedar
convencido el más profano,
que el idioma castellano
tiene mucho que arreglar.

Conque basta ya de historias,
y, si al terminar me dais
dos palmadas no temáis
porque os llame palmatorias.


Pago que da el mundo a los poetas

Dícese de Quevedo que fue claro
y que en algunas coplas está obsceno;
Góngora puede ser que fuese bueno,
pero ya sus comentos le hacen raro.
            
El Calderón, que nos lo venden caro,
sólo de lo amatorio fue muy lleno
y nos dejó en la cómia un veneno
que nos hemos bebido sin reparo.
            
La idea de Juan Pérez fue abatida,
de Solís intrincada, ¡infeliz suerte!
¡Oh, ciencia pobre! ¡Facultad perdida!
            
¡Mundo borracho, que al varón más fuerte
después de ajarlo, miserable, en vida,
predicas estas honras en su muerte!

Debido a la finalidad didáctica del pensamiento ilustrado y por las puristas normas neoclásicas, la literatura no alcanza la calidad del siglo anterior. Y se desarrolla en un clima general del siglo que para nada favorece una lírica emotiva. Pero en este poema sucede todo lo contrario, escapando a la tendencia de la lírica de la época. Atendiendo a su métrica podemos apreciar que estamos ante un soneto de versos endecasílabos.
La intencionalidad del autor es la de realizar una crítica, que para mí es bastante justa y que muestra de forma fiel la situación de los poetas de la época s. XVII y XVIII, y que por increíble que parezca da alcance a los poetas de nuestro tiempo, que viven la situación de forma similar.
Es bastante triste que suceda esto, aun con los poetas de mayor talento y que obtienen escaso reconocimiento, no todo el que debieran ni mucho menos, al menos es lo que veo yo desde un punto de vista totalmente objetivo. Además siendo realista, como cualquiera que tenga la más mínima noción sobre el tema, estará de acuerdo en que actualmente no se le da la importancia que debiera a la cultura en general, y el ámbito poético en particular. Así podemos decir que raro es el poeta que puede vivir de su profesión, quedando la mayoría de las veces relegado a una actividad de ocio y tiempo libre. Y como dice el autor los más grandes reciben méritos posmórtem, pero este caso no es exclusivamente en un ámbito poético, sino que se hace extensible a otros como el cine y la música, lo que se ha traducido en contadas ocasiones en un éxito de ventas y de fama que no alcanzaron en vida. Y todo ello debido a nuestra incapacidad de reconocer y apreciar el gran talento de muchos artistas y profesionales, cosa que me indigna profundamente.


En estos tiempos, la poesía tenía una intención didáctica (las fábulas se crean para dicho fin) y utilitaria que defiende a capa y espada el “buen gusto”, siguiendo formas clasicistas y normas neoclásicas. Y había diversidad temática: pastoril, amor, amistad y el vino. Mantiene un tono gracioso, sensual y delicado. Se pueden diferenciar varios tipos:
posbarroca, neoclásica (imitación de naturaleza para el deleite) y prerromántica;  cultivándose: oda, sátira, epístola e idilios. Destacan algunos autores como: Leandro Fernández de Moratín, Torres Villarroel, Tomás de Iriarte y Félix María de Samaniego.

FÁBULAS DE IRIARTE Y SAMANIEGO.

El burro flautista TOMÁS IRIARTE
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.
     
Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidad
por casualidad.
     
Acercóse a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.
     
En la flauta el aire
se hubo de colar,
y sonó la flauta
por casualidad.
     
«¡Oh!, dijo el borrico,
qué bien sé tocar!
¿Y dirán que es mala
la música asnal?»
     
Sin reglas del arte
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.

Tiene la métrica, rima y forma característica de los poemas de esta etapa, al igual que el estilo y la temática, que en este caso es de animales. Se trata de una fábula de Iriarte que todos hemos leído o escuchado alguna vez, en algún momento de nuestra infancia, ya sea en el colegio o contada por nuestros abuelos. Simplemente, por el hecho de intentar enseñarnos algo de utilidad a la hora de afrontar diferentes situaciones que se nos pueden presentar en la vida y donde, podemos aplicar lo que nos enseña. Por lo que deduzco este poema tiene una intencionalidad didáctica y el autor, intenta enseñar  y transmitir ciertos valores morales al lector mediante una moraleja, que en este caso se trata de hacernos respetar por la valía personal de cada uno, sin importar nuestra cuna.


La gallina de los huevos de oro
FELIX MARÍA DE SAMANIEGO

Érase una gallina que ponía
un huevo de oro al dueño cada día.
Aun con tanta ganancia mal contento,
quiso el rico avariento
descubrir de una vez la mina de oro,
y hallar en menos tiempo más tesoro.

Matóla, abrióla el vientre de cortado;
pero, después de haberla registrado
¿qué sucedió? que muerta la Gallina,
perdió su huevo de oro y no halló la mina.
¡Cuántos hay que teniendo lo bastante
enriquecerse quieren al instante,
abrazando proyectos
a veces de tan rápidos efectos
que sólo en pocos meses,
cuando se contemplan ya marqueses,
contando sus millones,
se vieron en la calle sin calzones.

Esta fábula de Samaniego, al igual que la anteriormente expuesta, tiene también la métrica, rima y forma característica de los poemas de esta etapa, al igual que el estilo y la temática, que en este caso es de animales que se presentan como protagonistas.
Por todos es conocida puesto que es similar a la anterior, siendo una de las más populares además. Como no podía ser de otra manera, tiene una intención didáctica y de inculcar ciertos valores morales, que hartas veces se pierden por una u otra razón, sin importar el perjuicio causado a otras personas, y más en la sociedad actual que se configura como egoísta e insolidaria, por lo general, y en la que debemos sobrevivir como podemos. Por lo que nos viene bien tener adquiridas este tipo de lecciones aplicables en nuestra vida cotidiana y múltiples situaciones que se presentan como inesperadas. Deduzco (como puede hacerlo cualquiera) que la moraleja que el autor nos quiere transmitir es, que la avaricia rompe el saco (ya que veces la ambición del ser humano no conoce límites y nos vemos tentados) siendo mejor en muchas ocasiones conformarnos con lo que tenemos, aprendiendo a ser más conformistas.



LA NIÑA DE PLATA

Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto,
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto,
mas si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce y está hecho.

 En este poema observamos algunos rasgos característicos del Barroco (métrica culta).Por su métrica vemos que se trata de un soneto. Y algunos propios del autor, que abraza dos movimientos de esta etapa, el culteranismo (belleza formal y cuidado del lenguaje) y el conceptismo (centrada en el contenido y el ingenio) que se ve claramente con los juegos de palabra que se emplean. Se trata de una poesía de inspiración culta, ya que tiene como tema el cuidado de métrica y lenguaje, destaca la originalidad con que describe esta métrica mediante: juegos de palabras y un lenguaje sencillo, lo que potencia su expresión dotándolo de luz y de color.

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